miércoles, 3 de agosto de 2011

EXISTEN 2 TIPOS DE BRUJAS

Tolimense


La bruja tolimense es una mujer joven y hermosa que tiene pacto con el diablo, vuela de noche y se transforma en pava. Las brujas de la región se reúnen en un claro del bosque, sobre una loma solitaria, limpia de vegetación; generalmente es un peñón calcáreo en un limpio de la llanura denominado "el peñón de las brujas", a altas horas de la noche para recibir órdenes de su jefe Lucifer y obtener en la entrevista las noticias que su profesión les exige.

Las brujas de Tolima no le causan la muerte a las personas. Durante las guerras civiles, cuando se carecía de medios de comunicación rápida, la mayoría de los mensajes o noticias que se obtenía, la suministraban las brujas por medio de ardides y astucias.

Hubo muchos lugares donde fundaron sus escuelas bien organizadas, dirigidas por las brujas viejas que iban dejado la profesión a causa de su edad y su gordura. Enseñaban a las jovencitas a convertirse en brujas. Cuando alguna bruja tenía que cumplir la misión de visitar una residencia para chuparle la sangre a alguno de sus huéspedes, se oía el aleteo de un ave luminosa que caía pesadamente sobre e techo de la casa y de allí en forma de pava o gallina entraba a las vigas, y finalmente caían al suelo y localizaban a la víctima que iban a chupar.

Las brujas viejas se dedican a la hechicería y a la superstición. En el presente, las brujas que vuelan, han desaparecido de muestro medio porque las construcciones modernas de muchos pisos y luces le impiden caer a las azoteas.

Europea

es una vieja flacucha y desdentada; no usa sombrero ni cucurucho. Las brujas no son propiamente mitológicos, sino seres reales, que no obstante, se distinguen de las simples adivinadoras y curanderas por su dimensión sobrenatural y su proyección en el mundo fronterizo del temporal y eterno, siempre con fines malvados.

En los pueblos montañeses existían algunas mujeres, por lo general anciano, que vivían solas y frecuentemente apartadas, a las cuales se le reconocía unánimemente su condición de brujas, suponiéndoseles tratos con el demonio y poderes especiales para encantamientos de toda índole.

Ellas mismas pasan la frontera de lo terrenal, cuando montadas en la escoba y con el poder del "unto" que guardan acude al aquelarre de Cerne gula, (en el Norte de Burgos. Donde tienen tratos sexuales con el "macho cabrío" (el diablo), que preside la reunión.

Ellas son las que producen el "mal de ojo", o incluso las que, transformadas en lechuza, acuden a la iglesia a chupar el aceite de las lámparas, o convertidas en perro aúllan en los cementerios por la noche, y, bajo la apariencia de garduña (la rámila) siembran el pánico en los gallineros.


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